21.12.05

Llega...


Sencillo. Como las canas, como la primavera, como el desamor, como la sequía, como la felicidad sin límites, como el olvido y el recuerdo, como el abrazo, llega, siempre llega. Bella y misteriosa como una promesa, llega. Y nos sumamos a ese hormigueo de regalos y preparativos, proyectos de vacaciones, encuentros, despedidas, armando la última grilla en la agenda, diciendo esto no cerró, aquello estuvo bien a fin de cuentas y esto otro la verdad vino de arriba, no lo esperaba. Y está bueno. ¨Siempre las grandes sorpresas nos esperan allí donde hayamos aprendido por fin a no sorprendernos de nada*¨. Entonces vale un pequeño alto en el camino, un par de muecas frente al espejo, desafiar las esquirlas que aún quedan en el cuerpo y alentar esa eterna valentía de ponernos siempre de pie. Vale, porque el futuro es incierto pero deseable, porque ¨siempre el coraje es mejor, la esperanza nunca es vana**¨, porque esta es la única vida para andar gastando. Sencillo. Llega, la Navidad llega, y el Año Nuevo también, y está bueno ese cosquilleo que produce pensar en que podemos comenzar nuevamente si hace falta. Felices Fiestas para todos!!!!

(*gentileza de Julio Cotázar)
(** gentileza de Jorge L. Borges)


p/d: la vida suele estar en otra parte, muchas veces, pero cuando estoy como indica la foto, se que anda cerca.

15.12.05

Lo que el abrazo abarca


1) ¨Y de pronto no pude más y lancé un salvaje alarido hacia el sol, hacia el cielo y hacia el desierto. Aullé como la bestia herida que era, tratando de que el mundo entero me oyera. Aullé en aquel desierto de piedra mientras mi alma se encogía y destrozaba dentro mío. Grité mi desesperación a los dioses pero sólo me respondió un eco de desierto y aletazos de buitres¨. Nippur Episodio 154. Chau
Lucho, buena suerte.

2) mi amiga invisible dejó una birome y este poema de Hugo Mugica:

Gotea el grifo
y algo de la piedra se va con el agua.
Muere
como si fuese humana.
Buscamos retener lo que en el otro
se va yendo,
lo que a veces se derrumba.
Pero es apenas la despedida
lo que el abrazo abarca.

3) Lo encontré después de mucho tiempo. Me quedé dos años más de lo previsto, dijo. Me convenía, la droga era muy barata, murmuró bajando los ojos. Después de unos segundos, le di un abrazo. Nos vemos, le grité parando un taxi. Algo me impidió seguir hablando.

4) Villancicos.

9.12.05

NaClO

La química, además de las matemáticas y la física, siempre me depararon buenos momentos, pero nunca la química tantos momentos juntos como hace unos días.
Tenía una deuda pendiente: eliminar esas viejas cartas. No quería prenderles fuego. Hipoclorito de sodio (lavandina más corrientemente), murmuré. Es bueno presenciar como todo aquello, todo aquello, en cuestión de segundos va perdiendo intensidad hasta reinventar una nueva hoja en blanco. Pasé el pincel por cada una de ellas, desde la última palabra hacia la primera. Después, llené un vaso con jugo de limón, tomé un pincel más fino y escribí sobre las mismas hojas sin detenerme. Junté todas las hojas y las retorné a la vieja caja. Me reservé la última para comprobar que todo estaba bien. Pasé la llama del encendedor por debajo de la hoja y las palabras que acababa de escribir fueron apareciendo. En sepia pude leer: qué solos se quedan los muertos. Para coronar la noche, exprimí varios limones más, agregué agua y azúcar, una buena dosis de bicarbonato de sodio y ácido tartárico. Como un niño atravesando las puertas de una inmensa juguetería, bebí mi propia gaseosa. La bauticé sefiní corazón. Tendido en la hamaca paraguaya, dormité un rato hasta que me puse a pensar en cómo acelerar el crecimiento de las plantitas.

6.12.05

ese objeto del deseo

1) Era su deseo, pero no debía. Como en muchas otras circunstancias, tenía que enfrentar a los poderosos designios de su fatalidad. Podía sentir su olor, su mirada, la voz monocorde como una red que se precipitaba desde lo alto. Mientras registraba sus movimientos, tenía la sensación de estar sobre un tobogán, boca abajo, cabeza abajo, administrando las pocas energías que le quedaban para mantenerse allí, quieto, evitando deslizarse cada vez más velozmente hacia la profundidad del destierro, hacia la temida planicie de lo prohibido. En varias ocasiones, había logrado eludir lo ineludible huyendo, alejándose súbitamente, para luego hundirse durante horas en sus pensamientos.
Como una manera de ir debilitando sus impulsos, de ir lentamente silenciando los gritos de su extraña naturaleza, estudiaba las formas en que ocurriría, los métodos más sutiles para ocultar los hechos, iba armando un perfecto mecanismo de posibilidades, simulando diálogos posibles, amenazas posibles, defensas posibles, solamente por si en algún momento no podía evitar lo inevitable, por si no podía huir a tiempo, por si nadie acudía, sin saberlo, a recordarle nuevamente lo que no debía hacer.
Pensaba, sin tomar conciencia de que ese insistente pensamiento alimentaba al más formidable de sus monstruos, al más implacable de sus destinos. Sin tomar conciencia de que la mejor manera de permitir que algo verdaderamente suceda, es simplemente dedicarle tiempo a gestar los acontecimientos desde adentro, desde las débiles y desconocidas fibras de nuestra tormentosa existencia.
Cada vez que su cuerpo se estremecía por ese irrefrenable designio, frente a él no solamente estaba el objeto del deseo, y quizás ni siquiera podía saber cuál era realmente, si no que estaba frente a él todo lo que había pronunciado durante su vida, todo lo que había callado por no poder decirlo y todo lo que había oído. Estaban las perversas bocas de los otros, las sarmentosas y grotescas manos de los otros. Todo lo que habían dejado de darle, lo que no había tocado y todo lo que había detestado por tocarlo. Sin saberlo, estaba allí el comienzo y el fin de todos sus padecimientos, el inicio y el epílogo del espiralado recorrido que lo llevaría a encontrarse en el mismo infierno, rendido, sin horizontes, para emprender luego el definitivo camino de la redención, de la libertad sin límites.

2) reportajes a responsables de que Nippur se haya ganado un lugar indiscutido en la historieta argentina

3) "Si ustedes leen con atención a Nippur verán que hay un ritmo bíblico, hay un desarrollo de la saga heroica que transcurre lentamente. Las relaciones humanas son más sencillas, muy aldeanas, más bien orientales. La hospitalidad, los pastores, la soberbia de los reyes, las amistades simples del guerrero" (lucho olivera). Datos sobre nippur

4) a cuánto vendés tu blog?

5.12.05

la saga comienza

Anoche (voy con mayúsculas después de los puntos, para no forzar los bellos ojos de kaiten, y alejarme del snobismo de border) tuve una revelación. Entre nos, me puso muy feliz, por lo que daré incio a la saga. Muy cansado, ligeramente perturbado, en total penumbra (la energía eléctrica estaba interrumpida por la tormenta que cubrió córdoba) fui a lavarme los dientes. La barba insipiente, siempre será insipiente en mi cara, trajo repentinamente todas las imágenes. Él fue siempre mi héroe, seguí cada entrega con una devoción envidiable. Nació para los lectores, el mismo año que yo y al igual que él, durante mucho tiempo usé un parche en el ojo (por el puto nigstagmus y la maldición del ojo vago). No tuve que quitarme la flecha que atravesó mi ojo izquierdo, perdón, su ojo izquierdo, pero tuve el filo de su espada protegiéndome cuando protagonicé al General San Martín en la primaria: yo no era San Martín en aquel momento, invocaba a mi gran amigo Gilgamesh y no a los gloriosos granaderos. Yo era Nippur de Lagash. Contaré mi historia.

p/d: Fue creado por Robin Wood (guionista) y Lucho Olivera (dibujante). Su primera historieta, proyectada como historia unitaria, se publico en el año 1967 en la revista D´artagnan n° 151, editada por la Editorial Columba. Aproximadamente, 449 episodios fueron el fruto de treinta y un años de publicación.
p/d1: Acepto sugerencias, datos relevantes, info sobre web sites, revistas D´artagnan-Nippur Magnun-Skorpio, etc.

2.12.05

no es lo que pedí!

1- aquí tienes, dijo. oye, oye! no es lo que pedí!, sentencié antes de tomar el pequeño paquete. es lo que hay, respondió, y se sumergió en otra habitación. el cortinado de cintas plásticas verdes detuvo su bailoteo y ya no pude seguir observando las extrañas figuras que se movían junto a él. me recordó la carnicería que frecuentaba cuando era chico. estaba en una esquina también. también entonces subía a una bicicleta y retornaba con un paquete. el envoltorio, no podía ser distinto: viejos diarios. es lo que hay, me dije cuando varios kilómetros después, sentí las piernas cansadas y decidí terminar el recorrido caminando. el paquete ya no estaba en el bolsillo. levanté las cejas, antes perdía el vuelto pensé sin volver la vista atrás. seguí caminando. no era lo que pedí.