27.7.08

Las cosas que aprendí hasta ahora (parte 1):



Las cosas que aprendí hasta ahora:

Que Christopher Reeve no fue protegido por la capa de Superman cuando caía desde el caballo
Que a veces me siento Nippur de Lagash regresando a Tebas
Que los conjuntos de Julia ya no me conmueven porque se transformaron en la aplicación reiterada de funciones holomorfas
Que sólo de vez en cuando se debe cantar falta envido con 21
Que por la blanda arena que lame el mar tu pequeña huella no vuelve más
Que para los dolores de cabeza no hay nada mejor que curarse del ojeo
Que no soy el sostén de mis hijos porque me llevan en andas
Que red wine es en realidad vino tinto y que John Wayne y Tevez son Los Duques de Fort Apache
Que mis padres se merecían una vida mejor
Que más de tres verdaderos amores en una vida es imposible
Que el olvido es arena a la hora de beberlo
Que si busco resultados diferentes no debo hacer siempre lo mismo como dijo Einstein
Que no hay nada mejor que comer naranjas al sol en las tardes de invierno
Que junto a la copa de leche de la primaria nos deberían haber dado Rhodesias
Que nada me ha vuelto a dejar sin aliento como cuando ví por primera vez aquellas tetas
Que tengo muchas cosas de las que arrepentirme sin embargo me perdono
Que dos dividido dos es igual a uno con excepción de las separaciones
Que Borges en El Golem borgea su mejor poema
Que mirar por el ojo de la cerradura está perdonado por todos los dioses porque ellos no se cansan de hacerlo
Que a Albert Camus y Walt Whitman los unía la vida y no el espanto
Que el viento no debe estar en dirección a tu presa
Que nací cuando The Doors cantaba este es el fin, mi único amigo, el fin de nuestros elaborados planes, el fin, de todo lo que se tenga en pie, el fin
Que AM puede ser amplitud modulada o antes del meridiano según se trate de una radio o de un reloj
Que la primera vez que disparé con un arma me apareció un medallón morado en el brazo
Que se dice telgopor y no tergopor
Que el Nistagmus me concede la detestable jerarquía de un inestable crónico
Que no se cómo se llaman mis tías Chocha, Tili, Coca, Memi, Kuki, Chichita, y que lloro con Sabines la despedida a tía Chofi
Que mishi significa gato en quechua por eso le decimos mishi mishi mishi cuando queremos llamarlo
Que tus piernas son un pequeño oráculo sobre la muerte feliz

11.7.08

olvido

Amílcar me mira, mastica ruidosamente un caramelo, bate el café instantáneo y sube el volumen de la música. Una combinación casi perfecta para echarlo. Cuando recuerdo que no le queda prácticamente nada en la vida, retrocedo, me siento menos miserable que él por tenerlo, porque él me necesita.

Sin embargo, cada tanto, me sorprende. Hablábamos de amoríos; después de citarme un fragmento del evangelio apócrifo de borges (felices los amados y los amantes y los que pueden prescindir del amor) me dijo: el problema es que vos siempre estás mudando de una clasificación a la otra.

Otra: hablábamos del futuro y el olvido. Quedó en silencio. Asintió largamente con la cabeza y escuché decir:

Enmascararse
Como aire en el aire

Extinguirse

Como agua en el agua


(foto de Silvina Salinas)

3.7.08

leprosario

Una noticia me dejo perplejo hace un par de noches. Una de esas noticias que tienen suficiente horror y belleza como para sentir que lo bueno y lo malo comienzan a centrifugarse recíprocamente, hasta dejarnos sin pensamiento. ¿ Qué espera? ¿ Qué encuentro? ¿ Qué dolor? ¿ Qué alivio? ¿ Qué hilo entre las miradas? ¿ Qué silencio? ¿ Qué llanto?

Jonathan dos Santos Alves, de 18 años, se perdió en la selva amazónica a mediados de mayo, cuando se separó de dos amigos con los que había ido a cazar en una zona situada 117 kilómetros al norte de la ciudad de Manaos. El jefe del departamento de rescate y de bomberos, Antonio Dias dos Santos, dijo que llevaba 42 días perdido. La búsqueda oficial se cerró hace un mes, pero su padre, Edilson, siguió buscándolo con su hermano y otros dos hombres. El sábado encontraron a Jonathan junto a un río, deshidratado, desnutrido y cubierto de picaduras de insectos. "Lo sujeté en mis brazos y aparté a los insectos de su boca", dijo su padre, un agricultor de 40 años. "Cuando intenté reanimarlo, abrió los ojos, apretó los dientes y murió"