27.9.07

Mi voz es fría y sucia como la piel de los muertos

1) Amílcar, el gran tristeador, refirió así (usando el reverso de una factura de energía eléctrica) sobre la posible disfunción del hipotálamo: si yo acecho y tu acechas /nos acechamos / marisma / rumba de la tristeza / arcángel del no volver / apaga ya tu demencial acorde /¿ qué buscas de mi? / ¿ mi boca desdentada mis palabras mis débiles aparejos / mis pequeñas invenciones mi deseo la transparencia del agua? / ¿ no alcanza hoy con exhibirnos la sangre de tus muertos y las ínfimas destrezas de mis pasos? / quédate si quieres / no me demoro / pero prorrógame. Y Amílcar partió hacia un Rapipago, porque está claro: la luz es lo primero.

2) Poema IV

Ha caído mi voz, mi última voz, que aún guarda mi nombre.
Mi voz: pequeña línea, pequeña canción que nos separa de las cosas.
Estamos lejos de mi voz y el mundo, vestidos de humedades blancas.
Estamos en el mundo y con los ojos en la noche.
Mi voz es fría y sucia como la piel de los muertos.

En Hecho de estampas
Jacobo Fijman, Obra poética, Buenos Aires, 1983