1) Amílcar, el deshollinador, con las manos aún negras se sentaba en el cordón de la vereda, con los pies marcaba no sé qué ritmo y decía cosas como: ¨a veces el piso es una gran cama elástica y otras una gran ciénaga, piso cóncavo piso convexo igualmente elásticos pero al revés, entendés?¨. Con el tiempo comprendí que el gesto de los pies no buscaba marcar algún ritmo, se trataba de entender qué le depararía el día. Su día.
2) Si yo fuera Jorge Luis Borges, diría que el texto que sigue es irremediablemente mío:
Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. De que me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que uso, el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo se, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos me cercan, las hordas. (Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo.
(El Amenazado)
(No conseguí ninguna versión de Flor da pele de Zeca Baleiro, que es en realidad la canción que quería poner, aquí está mezclada con Vapor Barato. Cómo me gusta Flor da Pele)