22.3.06

nombrar

explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome
Alejandra Pizarnik

En el preciso momento en que él salía del vientre de su madre, el primo más querido (no por él, obviamente) se estampaba contra un camión. De un saque, recibió el nombre del muerto y como si fuera poco, un par de pesadas valijas con todas las pertenencias: ropa, relojes, libros, colecciones. Creció a los tumbos, sonriendo cuando le decían qué parecido sos. Hasta los quince. Miró a su mamá que estaba aferraba a dos botellas de ginebra como un esquiador inexperto y pronunció las palabras mágicas: quién soy? La madre esbozó el nombre que ella le había elegido, no el que su padre le había puesto en medio de la desgracia. Destrozó la casa, en medio de los gritos de su madre: dale hijo, buscá, buscá!!! Y se pasó infinitas días corriendo, corría. Ahí va, decían en el barrio. Lo detuvieron dos años en un neuropsiquiátrico en rosario. Salió y siguió corriendo hasta que se recibió de arquitecto. Quiero construir casas, me había dicho mucho antes. Viajó a Italia y corriendo regresó hace un par de meses. Ya no me parezco, dijo, lo doblé en edad, fijate en esta foto.