desprende una isla de otra,
recuerda que todo inexorablemente cambia
y es olvido?
¿Qué otro lenguaje de la muerte cifra tu piel,
tatuada de transparencias y reflejos?
¿Qué verdades de angustia y adioses
resguarda la oquedad de la barranca,
balda arcillosa de esa inefable biblioteca?
¿Qué hilo es capaz de sostener a una vida,
frágil como la flor de la Sagitaria,
cuando arrecia el abrazo maternal de la nada?
¿Qué gritos inaudibles ensayan
las últimas muecas de los ahogados,
los ojos siempre abiertos de los suicidas
que miran después de mirar?
¿Qué caer, qué arrojarse,
qué blanda gravitación los aísla
para ponerlos a salvo?
cuando arrecia el abrazo maternal de la nada?
¿Qué gritos inaudibles ensayan
las últimas muecas de los ahogados,
los ojos siempre abiertos de los suicidas
que miran después de mirar?
¿Qué caer, qué arrojarse,
qué blanda gravitación los aísla
para ponerlos a salvo?