lucecita del pregón de la mañana / purifícame / que tu misericordia / que tu racimo de dones / que tus santitos me abracen / me disculpen del ocaso tan digno del pecado / yo no merezco ese cuerpo que deja caer sus ropas al pie de la cama / como una lluvia de verano / y me mira con su boca profunda boca de plegarias / me dice eres desprovisto no tienes brazos tan largos para anudarme / tienes una rareza impropia me dice / deberías hacerte sanaciones no tan triviales como escribir / como irte cuando apenas acabas de llegar repite con su cara cubierta con las manos / ya se que no soy un ángel / más bien tengo una gravidez que no me deja mover / menos suspenderme en el aire frente a sus ojos / como una pluma bajo el viento sur / ora por mi / bendíceme / lucecita pregonera de la ceguera / yo te pido por mi / considérame / porque puedo hacer / eso si / que ella llueva siempre / o que me espere naturalmente / y a veces / considera lo que he logrado lucecita / puedo hacer que me mire sin que pueda pronunciar una palabra
Texto e imagen pertenecen a Rantifusos (fotos: Silvina Salinas /texto: Sergio Mansur)
29.1.08
28.1.08
un simulacro
sigo retratándome sobre la arena mientras el viento esparce su violencia / no hay retorno / la salida del laberinto es su ingreso / el retorno posible quedó vedado al iniciar el viaje
ya no tengo rostros de mi ni rostros de otros / soy el espejo que busca su imagen en otro espejo / soy el eco / un reflejo sobre el agua / un simulacro
pero tengo un lugar / una precisa transparencia
tengo el exacto sitio de tus huellas / el territorio fértil de los pies de tus hijos / tuve también la cifra inequívoca de los pasos de tus antepasados
soy el tiempo / y he venido a quedarme / hasta que tus ojos quieran ver mi rostro y el viento me incline sobre otros pasos
ya no tengo rostros de mi ni rostros de otros / soy el espejo que busca su imagen en otro espejo / soy el eco / un reflejo sobre el agua / un simulacro
pero tengo un lugar / una precisa transparencia
tengo el exacto sitio de tus huellas / el territorio fértil de los pies de tus hijos / tuve también la cifra inequívoca de los pasos de tus antepasados
soy el tiempo / y he venido a quedarme / hasta que tus ojos quieran ver mi rostro y el viento me incline sobre otros pasos
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