21.3.07

no tenía pensado

No tenía pensado actualizar el blog, pero mis hijos dieron letra. Como todas las noches que están conmigo, al acostarlos, surgió la misma propuesta: papi, charlamos? No me resisto. Me acuesto apoyando los pies en una cama y parte del cuerpo en la otra, apago las luces y espero. Nunca inicio el diálogo, simplemente espero y muchas veces, nos quedamos los tres dormidos sin emitir palabra. Hablamos de todo un poco, de lo que surja. El lunes encaramos por el lado del campo magnético que genera un transformador de energía eléctrica, les expliqué algunas cosas hasta que vino la parte lúdica: el transformador generaba un gran campo magnético que comenzaba a atraer los cubiertos de las mesas, los cintos de los pantalones, los autos, las bicicletas y una larga lista de etcéteras adherida al gran transformador. Era como si ovilláramos el barrio y el que quería evitar ser atraído tenía que andar desnudo, dijo Tomás (6). Pero hoy estuvo complicado, la pregunta fue de pedro (9), como si estuviera haciendo un globo con chicle bazooka: que es eso del big bang que en la tele hablan tanto, papá? Y no tenía escapatorias. Les expliqué a grandes rasgos. Es curioso el poder de abstracción que tienen los niños, y la increíble capacidad para enlazar conceptos. Preguntas muy difíciles que surgieron:
- Y después de todo el universo qué hay, papá? Respuesta improvisada: la nada, hijos.
- Pero qué es la nada? Respuesta improvisada: la ausencia de todo, hijos.
- Pero cómo se que no hay nada? Respuesta improvisada: cada cosa se define por su opuesto, sabemos que hace frío porque alguna vez sentimos calor, la nada es la ausencia de todo, cualquier cosa que buscaríamos no estaría, hijos. Es como el cero.
- Cómo se generó el hombre? Respuesta improvisada: por combinación de elementos y por evolución, como en ese juego de química que tenemos, cuando mezclamos varias cosas surge otra, y si hay seres vivos comienzan a evolucionar.
Por un rato los tres navegamos ese inmenso mar de finitudes que somos. Mientras respondía iba pensando en los diversos problemas que tengo por resolver y me parecían, fugazmente, triviales. Ese momento era. Simplemente era, quizá otro grito desesperado lanzado al vacío, o quizá la máxima comunión que podemos tener cada tanto: la perplejidad frente a lo inabarcable, viéndonos próximos, abarcables.
Tomás cerró el debate: tengo sueño ya, además el cero si bien es nada es algo, papá, al menos es un número, no?.

Nota al pie: sólo por si quieren, por si tienen ganas: un post anterior contiene un viejo poema (escrito en el 90) que habla de la teoría del big bang, quizá uno de los mejores poemas que he escrito.

Referencia de la fotito