25.12.06

Postales de fin de año y navidad

Tarjeta digital de mi amiga Silvina

Postal 1) Tuve que hacer una horita de tiempo antes de la cena navideña. Me puse a escribir mensajes de texto. No mandé un único mensaje a todos, sino que agrupé por afinidad a varios y fui construyendo mensajes diferentes. Comenzaron a llegar las respuestas de algunos. Una decía: Es una brisa fresca tu mensaje en este momento, muchas muchas gracias. Era mi vecina, separada hace unos días. Al rato, tuve que volver a casa porque habíamos olvidado algunos regalos. La vecina - supongo - miraba hacia la calle oscura - muy oscura está la cuadra desde hace varios días-, con el ventanal entreabierto. Tuve la sensación de que ella estaba en la proa de un barco, de aquel barco desde donde naufragué un par de navidades. La hubiese invitado, pero yo ya era un invitado.
Postal 2) Lara se encaramaba en su enorme bicicleta. Me dijo: gringo, a Papá Noel se le fue la mano.
Postal 3) Papá Noel fue premiado. Joaquín me confesó que esa mascota se la había traído Papá Nobel.
Postal 4) Por la tarde, Navidad, fui a buscar a mis hijos. Todo se movía como sumergido en aceite. No había prisa. Vi desde lejos a un hombre bajarse del auto y agacharse en medio de la ruta. Levanté el pie del acelerador y toqué levemente el freno. Seguía agachado cuando estuve a unos metros, éramos varios aguardando que se despejara el camino. No había gritos ni bocinazos. Y lo levantó como justificando su demora, mostrándolo a las dos largas filas de autos, como levantan el cáliz los sacerdotes, como los padres esgrimen a sus nuevos hijos, como un encuentro largamente esperado. Era un pichón de Zorzal. Todo se movía como sumergido en aceite. No había prisa.
Postal 5) Facundo quería quitar una varilla que sostenía una rama de Caqui para que no cayera por el peso de los frutos. Le dije, no loco si vos sacás esa varilla se cae el árbol y luego la tapia y la casa del vecino y después las otras casas y así se iría derrumbando todo como en un juego de dominó y tu rostro va a aparecer en todos los diarios con títulos que digan este es el chico que provocó la catástrofe. Los primos rieron. Él, ya no intentando sacar la varilla sino moviéndola suavemente me dijo: ahora están todos sacudiéndose, hasta los chinos.

¿ Cuánta inercia tiene el universo, el tiempo, el destino? ¿Qué fragilidad acecha?

Portal 6) Se queja que la mando al frente. Bien, hoy acá, las disculpas, al fondo. Como a Papá Nobel, a ella también se le va la mano.

Ambigrama de don Alberto Portacio Apicella