20.10.06
un mito por ahí... plis
1) Allá por el paleolítico, nuestros antepasados cuando miraban el cielo - lejano tan lejano a sus penas- presenciaban a un gran otro que los trascendía: no podían hacer nada para modificarlo ni para abarcarlo. El cielo los envolvía tibiamente y los expulsaba. Los maravillaba y los espantaba. Eclipses, arcos iris, estrellas, tormentas y meteoros eran la danza y el pavor, la risa y la angustia, la contemplación y la huida. Sin dioses detrás de él, simplemente cielo, el cielo era mysterium tremendum, terribile et fascinans*. Tremendo misterio, terrible y fascinante. ¿ Qué nos queda hoy de aquel otro? ¿ Qué definitiva caida, qué anclas de miradas, qué declinar, qué creciente gravitación nos aisla? Mírame me dice, hasta sangrarte las pupilas. Mírame, soy tu pequeñez, tu inocencia.
2) Juan cipriano fue invitado a escribir para un diario de córdoba, algo así como crónicas urbanas. Una entrega semanal de 3500 caracteres. No será mucho?
* Rudolf Otto, Lo santo: lo racional y lo irracional en la idea de Dios.