10.6.06
Notario del Breve
Alguna vez, quise ser José Narosky, perdón. Perdón. Torturadme.
(I)
Hablo solo desde hace tantos años,
Que ya no me importa
Quién es el que habla.
(II)
Con las cabezas de los caballos de mi infancia,
Hoy barren las veredas.
(III)
Mientras no sienta miedo
El hombre olvida su espalda.
(IV)
Mi país es como un gran cine:
Todos los días una realidad de película, señores.
(V)
El amor es una guerra
Que termina lavándose las manos
Con la sangre de sus muertos.
(VI)
Hay tristezas como hospitales
Donde nos sentamos a suicidarnos
con la espera vacía de pólvora.
(VII)
La hoja sobre la que escribo y el olvido,
sólo soportan siete dobleces simétricos.
(VIII)
La lengua es una espada que tiembla
Frente a la hoguera de la locura.