No importa hacia dónde peregrinas amor,
ni qué bruma de ayer
traes contigo.
Simplemente te apartas, emerges a no ser,
luminosa, tenue,
y vienes conmigo.
El deseo se abre paso
como el aleteo de una efímera sobre la piel del río
y derrama cierto instante en que no somos,
cierto olvido.
Vienes
a iniciar una migración de mi.
Vienes a irnos.
No importa hacia dónde peregrinas amor,
ni qué bruma de ayer
traes contigo.