28.9.05

seguimos...


Y la palabra Adiós
en una hora inesperada decide dejar su sonido
su pronunciación insegura
mudar su corteza
quitar la mirada del que aguarda

y la palabra Adiós
se inclina lentamente
haciendo una reverencia imperceptible
busca nuestro centro
el espacio de su antigua resonancia

y la palabra Adiós
se hunde en nosotros
como una piedra que atraviesa el agua
para ser solamente desolación
que no se nombra